CHACEK, KAREN
Lolo estaba cubierto con la sábana hasta la barbilla. Afuera, en la calle, no circulaba un solo auto; en las bardas de las casas, no maullaba ni un gato: en el clóset, entre los abrigos, no aleteaba una sola polilla.
A Lolo se le enfriaron poco a poco los pies y presintió que algo estaba por ocurrir...